Aquí relato nuestras salidas por los caminos del Berguedà y comarcas vecinas. Como lo pasamos muy bien, queremos comunicar sobre todo buen humor y alegría pero también tiene un fondo muy serio: el camino como bien patrimonial, pieza esencial para entender la historia y digno de conservación. Es nuestra misión desde hace más de 15 años.



sábado, 17 de septiembre de 2011

9/9/2011 – El Camí del Tabac

Carles no puede venir; tiene una boda. Y Pep vuelve a empezar sus clases de música. Eso significa que hay que estar de vuelta a las seis de la tarde, lo que nos impide ir a la Cerdanya. Por lo tanto, Pep me da vía libre para decidir dónde iremos. Propongo la zona de Aranyonet, al norte de la Serra de Tubau, ya que tenemos muchas colitas allí. “Muy bajo, ¿no?”, objeta Pep. “Piensa que hará calor”. Y me propone ir a Sant Julià de Freixens; hace muchos años bajó un camino que le llevó al río de Saldes y le gustaría volver a encontrarlo. “Además, Ramón Martí me dijo que vio un camino con paredes al otro lado del río desde la pista que recorre la ribera derecha (sur) del río”. Está decidido, entonces.


Dejamos el coche en la pista, en la casa de Hostalet. Miro la altura: 810 metros. Vamos a pasar mucho calor hoy. Para subir a Sant Julià de Freixens, utilizamos la flamante Ruta de Picasso, creada para conmemorar el verano que pasó Picasso en Gosol y, de paso, recuperar parte del camí ral.

La iglesia de Sant Julià de Freixens con el sol de la mañana. Detrás, la Cinglera de Vallcebre

Entre la iglesia y la antigua escuela, tomamos la pista que baja hacia el norte pero hay una bifurcación. Cambiamos el guión y tomamos la pista de la derecha, simplemente para descartarla ya que Pep está seguro de que no tendrá continuidad. Sin embargo, cuando acaba la pista empieza un camino que luego se bifurca. Primero tomamos el camino de la derecha que, sin demasiada categoría, de la vuelta de la montaña por detrás hasta salir en la cresta al final de un camino que habíamos subido hace un par de años desde la iglesia, sin poder ver su continuidad actual (hay que pensar que se limpió para la caminada popular de este año). Volvemos atrás y tomamos el camino a la izquierda para el cual Pep augura una vida breve. Sin embargo, no se muere en el bosque sino que continúa en un largo flanqueo, tapado pero con bastante categoría, y finalmente desemboca en la pista cerca del camino de Camp del Cep. ¿Sería el camino de Camp del Cep a Vallcebre?

Vista de la enforcadura de Pedraforca. Hace 15 años, hice un voto de no subir Pedraforca nunca más por su estado de masificación. No esperéis que os relate una subida a Pedraforca en este blog.

Vista plácida del río de Saldes

Caminamos por la pista hacia el oeste, buscando sin demasiado éxito caminos que bajen al río. Al otro lado, vemos cuestas con paredes en lugares aparentemente inaccesibles. Finalmente, debajo de los molinos de Vilella, vemos las paredes inconfundibles de un camino. Es el llamado camino del tabaco que bajaba desde Vilella. Hace unos cuantos años, lo había intentado buscar con Carles desde Vilella pero no lo pudimos seguir porque entra en el curso del torrente.
En la próxima cresta veo un camino que baja y lo seguimos. Zigzaguea hacia abajo, su categoría es indiscutible y llegamos al río, que cruzamos. Subimos al otro lado pero Pep ve que una parte del camino ha sido abierto con dinamita y le da no más de 100 años de antigüedad. Por lógica, tendría que haber otro camino más antiguo en algún otro punto. El camino nuestro sube por detrás de una cresta para salvar un salto de agua y llegamos al torrente de Vilella donde el camino entra en el curso del agua, unos 50 metros debajo de donde Carles y yo tuvimos que desistir.

Vista del último tramo del camino de Vilella, en el paso dinamitado en la roca. Observad que un tramo del muro de delimitación del camino se aguanta sobre un tronco. ¿Alguna apuesta sobre cuánto tiempo más durará?

Bajamos nuevamente al río de Saldes, donde almorzamos al lado de una esclusa con canal y pasarela. Parece una obra hecha para generar electricidad que quedó abandonada.

La esclusa y el canal, ahora convertidos en arqueología moderna

Para Pep ha sido un día histórico, a pesar de no haber hecho lo que inicialmente tenía planeado, pero yo todavía estoy con molestias en el pie y no puedo compartir su euforia. Sin embargo, quiero ser positivo y le digo que cada vez duele menos.
Subimos el camino nuevamente a la pista. Al otro lado de la pista, vemos que el camino continúa pero no hay tiempo para seguirlo. En la pista bebo lo último que queda del litro y medio de agua que había traído y afronto un largo viaje de vuelta por la pista hasta el coche bajo un sol de justicia. Pep sólo ha traído una botella de medio litro y todavía le queda. Hay cosas de él que no entiendo. Paso los próximos 4 kilómetros pensando en cuánto me gustaría volver a tener la botella llena de agua fresca.

En el coche, imploro a Pep que me lleve a la Font de la Foradada, que está a pie de carretera pasado el camping, y él magnánimamente accede. El agua está fresquísima, deliciosa.

Con eso, damos por concluida la salida de hoy. 15,2 km; 750 metros de desnivel acumulado.

PD. De vuelta a casa y mirando mi mapa de 1:5000, veo que marca otro camino que baja al río desde la pista. Se ve que en el vuelo de los 80, que fue la base para este mapa, se veía un camino que ya no se veía en vuelos posteriores. ¿Sería el camino antiguo de Vilella?

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