Aquí relato nuestras salidas por los caminos del Berguedà y comarcas vecinas. Como lo pasamos muy bien, queremos comunicar sobre todo buen humor y alegría pero también tiene un fondo muy serio: el camino como bien patrimonial, pieza esencial para entender la historia y digno de conservación. Es nuestra misión desde hace más de 15 años.



jueves, 27 de junio de 2013

24/5/2013 – El Rec de Can Volat, de la A a la Z

Hoy no viene Carles. Tiene la Patum a la vuelta de la esquina y tiene que poner el hotel a punto. Pero incluso ausente, la sombra de Carles es muy larga. Resulta que ha encontrado una 'mina' (nunca mejor dicho) de información nueva sobre minas y fraguas y Pep está ansioso por tener noticias de primera mano. Pero sin la compañía erudita de Carles, Pep tendrá que ser amable conmigo; me tendrá que esperar, escuchar e incluso contestar. ¡Todo un lujo para mí!

Queríamos dejar la ruta más turística hacia el Coll del Tell para cuando Carles pudiera venir, ya que no la conoce. Pep elige otra ruta mucho más académica (ver Glosario), el Rec de Can Volat, ya que quedaban unas cuantas colitas (ver Glosario) y hoy era una buena oportunidad para liquidarlas todas.

Una vez más cruzamos el Pont del Climent y hacemos el largo camino al lado del río Merdançol hasta llegar a la riera en cuestión. Entramos en el pequeño valle y empezamos a adentrarnos por un camino amable, un túnel verde con auténticas alfombras de oreja de oso y el sonido del agua siempre presente.

Las aguas apacibles del Rec de Can Volat

Pero, como pasa en la vida misma, lo bueno acaba y llegamos al final del valle. Se acaban los caminos amables y el sonido alegre de los riachuelos. Ahora toca sudar. Desde aquí salen dos grandes ramales, uno hacia el este, hacia el Collet de Coma Argentosa y otro hacia el oeste, el Collet del Llop. Comienza un arduo subir y bajar, siguiendo caminos medio borrados que mueren en la última carbonera, hasta quedar seguros de que los hemos hecho todos, todos, todos.

Oreja de oso en su punto

Una vez más, los cazadores han estado trabajando duro, limpiando los caminos principales y marcando con sus puntos de pintura. Durante un momento, me pongo en el lugar del jabalí, que se creía a salvo en este terreno inhóspito. Ahora no tiene lugar para esconderse, todo ha quedado accesible y al descubierto. Pero los cazadores también han tenido un pensamiento para los árboles y en más de un lugar vemos que han cortado ramas de hiedra, liberándolos de su abrazo mortal.

 La Portelleta. Aquí se ve claramente su importancia como punto de acceso a la cresta


La vista hacia Borredà

Salimos al Collet del Llop y aquí decidimos comer. Subimos a un pequeño promontorio y delante tenemos la Portelleta, donde hace 2 semanas no podíamos ver más de 10 metros por la niebla. Después de comer, me aparto un poco para tomar vistas y enseguida estoy rodeado de mariposas y el canto de pájaros. ¡Que lejos queda la crisis! Extiendo las manos como San Francisco de Asís pero ningún animal se fía de mí y me quedo solo. La voz de Pep me devuelve a la realidad. Está impaciente por llegar a casa y ver qué tesoros le ha enviado Carles por Internet.

El camino de vuelta. Pep me tiene secuestrados los mapas para que no me quede atrás

Y tal como venimos, volvemos.

Con eso, damos por concluida la salida de hoy. 8,5 km; 690 metros de desnivel acumulado.