Aquí relato nuestras salidas por los caminos del Berguedà y comarcas vecinas. Como lo pasamos muy bien, queremos comunicar sobre todo buen humor y alegría pero también tiene un fondo muy serio: el camino como bien patrimonial, pieza esencial para entender la historia y digno de conservación. Es nuestra misión desde hace más de 15 años.



jueves, 10 de mayo de 2018

Blog reloaded


Siguieron uno de los veranos más calurosos que recuerdo, el referéndum del 1 de octubre, la declaración imposible de independencia y la represión implacable del Estado español, que todavía perdura. Fueron meses de desánimo, también en nuestras salidas, por lo menos desde mi punto de vista. No veía la manera de contagiarme del entusiasmo de Pep y Carles por la historia local y parecía inevitable un distanciamiento progresivo.

En diciembre, caí enfermo, arrollado por la infame gripe australiana, que derivó rápidamente a una bronquitis. Llevaba dos días casi sin dormir cuando acudí al médico y, además de un antibiótico, me recetó un antitusígeno para que pudiera dormir (“toma una dosis doble por la noche”). El resultado fue una reacción alérgica que me hizo perder la voz durante una semana. Durante esos días de silencio desconcertante, tuve una especie de epifanía. Pensando en las conversaciones entre Pep y Carles, recordé que algunos de los lugares más emblemáticos de la comarca tenían otro nombre en la Edad Media y esa sencilla constatación abrió la puerta para avanzar en un proyecto mío al que llevaba muchos años dando vueltas (y que espero que algún día vea la luz del día) y, al mismo tiempo, tendió un puente para reengancharme al mundo particular en que vivían Pep y Carles.

En febrero, me di cuenta que la situación de bloqueo que me había llevado a dejar de escribir el blog se había desvanecido y empecé a abordar con Pep y Carles la posibilidad de reactivarlo, cambiando ligeramente el enfoque. Todos fueron ánimos. “El mundo lo tiene que saber”, me decía Carles. “Tu narrativa es esencial para dar cuerpo y vida a nuestras lecturas en los archivos”, me confesó Pep.

Y así empieza la segunda etapa de esta humilde crónica.

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